domingo, 2 de junio de 2013

Dos hombres y un pajarillo

Era un día insulso como pocos, uno de esos días en los que te planteas si vive alguien más en la ciudad. Un día de calles desérticas pese a hacer una buena temperatura y ser un día propicio para salir. Y como tal, Carlos y yo fuimos al Castillo. Dos hombres y un destino pajarillo.

Al entrar el ambiente no difería mucho del panorama de fuera, sin embargo nos aventuramos y pronto nos encontrábamos formando parte del bar, con otros tantos, carentes de vida, sin ilusión, sin sueños... Poco se podría sacar de aquel lugar, salvo una excéntrica pareja que estaba a nuestro lado. Eran dos jóvenes, uno de ellos ridículo en su forma y fondo. El otro, aunque normal, estaba salpicado por la sombra del primero.

De pronto aparecieron por la puerta dos amigas y se unieron al club. Pese a estar hablando de nuestras cosas sentíamos una creciente curiosidad por la pareja. Hasta el punto que Carlos, en un valiente acto, se sentó con los dos locos que habían estado dando la nota con sendos alaridos. El primero lo dejamos pasar, durante el segundo las miradas de vergüenza ajena calaban todo su ser. Al tercero, en lo que parecía su fin y la condena total, estalló una ovación. Sin seguir los criterios de la coherencia elemental ni atender a una lógica mínima, comenzamos a corear sus gritos imprevisibles transformando una molestia en el símbolo y gesto que unía a todos los presentes.

Pues bien, con semejantes pájaros fue a charlar nuestro Carlos. Y más que productiva, la situación fue increíble. En un periplo que el entendimiento no alcanza el chico se levantó para dar comienzo a su nuevo espectáculo. Se bajó la bragueta y haciendo la gracia se acercó a la mesa de algunas chicas. Con esto tenía nuestra plena atención. No obstante este rocambolesco plan fue a más, probablemente hostigado por Carlos, la situación tomó un tono dramático cuando "el eslabón perdido" se bajó los pantalones llevándose por el camino también las alforjas de sus pendientes reales, mostrando al gentío su hermoso y pelado culo ante el estupor de una docena de ojos que atónitos no podíamos dar crédito a lo que veíamos. Y en esas que entonces el muchacho comprendió cuál era el fallo de su fatídico plan: no podía taparse el pájaro con ambas manos y pretender subirse los pantalones. Fallaba algo. En su mirada pude notar claramente el terror que se asentaba a medida que se le escapada de las manos la situación. Tras unos segundos de suspense en el que podía escucharse perfectamente su maquinaria trabajar, su mirada cambió. Había tomado una decisión.

Era el momento, debía hacerlo y lo hizo. Con un movimiento increíblemente hábil para un ser tan ebrio logró subirse los pantalones haciendo una especie de esperpéntico movimiento consistente en una contracción total del cuerpo a modo de gamba. Con ello logró subirse a un tiempo pantalones y calzones, sin embargo, ese genial movimiento dejó a la vista por un segundo algo que ni Bea ni yo querríamos haber visto.

Y esta es la historia de cómo conocí al pajarillo


martes, 9 de abril de 2013

El día de los chips rotos

Obviamente la tecnología y yo estamos abiertamente peleados, pues sus desplantes son constantes. Si la campaña del terror comenzó con un internet fugaz y cambiante, sus esfuerzo por desquiciarme lo justo como para molestarme pero no como para desesperarme se ha redoblado. Ataques relámpagos se intercalan con verdaderas "tormentas del desierto" despiadadas. Ejemplos de ellos los podemos encontrar a puñados en mi vida diaria. Quizás por separado poco tiene de interesante, pero tras una observación (por desgracia participante) detenida, la suma de todas las pequeñas afrentas se tornan en un verdadero desagravio a mi persona. La última de ellas no hace mucho antes de que empezara a escribir estas líneas.

No sé cómo se llama la película, tampoco me importa realmente. Pero entre el reparto de actores están Sharon Stone, James Wood o el propio Sylvester Stallone y me pica la curiosidad por ver cómo se maneja en esta película. Para hacerla más entretenida pretendo ponerla en versión original y activar los subtítulos, por aquello de no perder mucho el hilo... Sin embargo, como os mencionaba, ya sea la tecnología u otra fuerza sobrenatural, no he podido disfrutar de la melodiosa voz del propio Stallone. Nada más activarlos la película sufre un prolongado y dramático silencio de diálogos en los que se enfatiza quién es el malo, quién el bueno... En fin todos los roles posibles sin el menor atisbo de diálogo por mínimo que sea. Y claro ante semejante circunstancia, una ola de dudas recorre todo mi ser ¿funcionarán los subtítulos? ¿Acaso no he sabido ponerlos? ¿Están puestos o no? Dudas, preguntas sin respuesta. Al menos hasta que alguien diga esta boca es mía.

En otra ocasión, esta vez con el portátil como protagonista, quería ver un vídeo -lamentable, por cierto- y antes de reproducirse debía ver un anuncio. En un principio es todo normal y corriente ¿qué hay de extraño? Su vídeo comenzará al finalizar este anuncio o su vídeo comenzará en 20, 19... Nivea, de eso iba el anuncio. Además era de estos que no puedes saltarte a voluntad, has de verlo completo. Realmente no merece la pena ver casi un minuto de anuncio para luego ver 2 minutos de vídeo. Resulta una gran pérdida de tiempo, pero la curiosidad era mayor, la tontería mayúscula. Así pues ahí me tienes, esperando a que pase el minuto, observando detenidamente el contador. 3.. 2 ... 1 ¡Por fin empieza!

Mmm un coche...
La confusión inicial da paso a una furia incontrolable. Me ha mentido. No comienza el vídeo, en su lugar hay un nuevo anuncio. Esta vez de coches. Otro minuto de espera. Debe ser muy bueno el vídeo en cuestión si antes tiene dos anuncios. De nuevo la espera, no me interesa el coche son su tracción a las cuatro ruedas y su bajo consumo. El temporizador vuelve a rondar el 0. Y finalmente, en una espera distorsionada por la querencia más que sobrealimentada de ver el vídeo y que se había dilatado hasta los límites de la realidad, termina el anuncio para dar paso a...

¡BASTARDOS TODOS! ¡Un tercer anuncio! ¿Cómo pueden jugar así con la vida de las personas? ¿Dónde quedó el honor? ¿Por qué me mientes descarádamente? Tú, internet, que tantos momentos entrañables me has dado... Dejo el tercer anuncio en marcha. A la tercera va la vencida pienso. Sin embargo en vez de quedarme pasmado ante la pantalla me dirijo a la cocina a la espera de escuchar el comienzo del vídeo que originalmente deseaba ver. Mientras me preparo la merienda voy escuchando lo genial y magnífico que es Jazztel, sus propiedades, su baratura y hasta su sabrosura. Y de pronto la casa queda en silencio. Un silencio insondable, un silencio perturbador que indica lo peor. Algo no va bien. Me acerco sigilosamente y allí está la pantalla negra granulada con el terrorífico mensaje: -El vídeo no se ha podido reproducir-


lunes, 25 de marzo de 2013

Pasan los años pero el fondo no cambia

Hay días en los que recuerdas algo de tu pasado. Días en los que descubres como pese al paso de los años hay cosas que en realidad no cambian nunca. Y como os digo hoy es uno de esos días. No sé cómo ni por qué pero he acabado releyendo una entrada escrita exactamente hace cuatro años y quizás por la coincidencia de que un 25 de marzo lea una entrada escrita otro 25 de marzo cuatro años antes o porque me gusta, haré hoy una doble entrada.

Por aquel entonces estaba yo aún en bachiller, primero para ser más exactos. Y releyéndola me he dado cuenta, como os he dicho, de que algunas cosas no cambian. Me he permitido el lujo de retocar la entrada, pero en líneas generales es la misma:

Bien, desde que acabó fallas me está ocurriendo un fenómeno extraño que me lleva por la calle de la locura máxima. Resulta que, como todo hijo de Dios, debo estar en determinados sitios a unas horas concretas, como es el caso del instituto (8:05) o el cursillo de árbitros (18:00). Y aunque consigo, acompañado de altas dosis de buena suerte, llegar a la hora; no hay día que llegue tranquilo. Siempre me ocurren miles de minucieces que al unirse crean un mundo de adversidades. Un claro ejemplo fue el primer día de clase:

Era lunes y estaba adormilado porque la noche anterior me quedé terminando (y también empezando) un trabajo para el lunes en cuestión. Total que a eso de las 7:45 más o menos me levanto de un salto alarmado porque llegaba tarde, con su correspondiente bronca. Total que en eso que me preparo el desayuno, desayuno, preparo la mochila, busco la ropa, la encuentro, me la pongo, busco las zapatillas, encuentro una, grito, encuentro otra, me golpeo varias veces en codos, rodillas y meñiques; me las pongo, busco las llaves, las encuentro, salgo de casa y corro cual cerdo vietnamita endiablado ocurre que inexplicablemente llego a las 8. Es decir, llego a tiempo. Increíble pero cierto.

Pensé que había sido casualidad, que no habría visto bien el reloj o algo por lo que dejé el asunto correr en paz. Pero esa misma tarde tenía que estar a las 18:00 en la Universidad Católica de Valencia. Por lo que me conciencio de que no debo llegar tarde (porque era el 1º dia) y busco cómo llegar. Todo cayó en saco roto, me fui a las 17:30 sin saber dónde estaba exactamente la universidad, perdí el autobús (mejor dicho paso de largo el autobús) así que me ves corriendo detrás de él parada tras parada. Hasta que al final harto cojo un taxi mal me pese que la uni estuviese insultantemente cerca. Sin embargo la fatalidad sigue acechándome pues pasamos de largo con el taxi la universidad pues ni el taxista ni yo la reconocimos. Al final bajé en las torres de Quart y corriendo me metí en la universidad para preguntar dónde estaba la propia universidad. Sí, lo sé, una situación bastante estúpida. Al final entre risas y sudores la encontré y pese a toda esta odisea apenas provocó que llegara sólo con 5 minutos de retraso.

Por supuesto todas estas aventuras están plagadas de personajillos extrambóticos y molongos, como la niña que encontre que por mochila de ruedas llevaba un carro de la compra y que no paraba de reir estúpidamente bajo la mirada crítica de la que parecia su madre, que insistentemente le aseguraba que -de seguir asi llegaria "calentita a casa"-. O cómo olvidar el encuentro con Rafa Tarín, tutor y persona de vestuario escaso e higiene dudosa. Igual de emocionante ha sido encontrar a la mujer con lápices en el pelo, o el profesor de matematicas, mezcla entre cantante del rock, reventado y feo como el mismo, y una loca de estas de chiguagua en el bolso, rollo Paris Hilton. Que se cargo a un tal Antonio al ponerle un 1.3 en un examen. Tampoco puedo olvidar a las dos niñas que jugaban a las palmas gritando como condenadas y moviéndose como si animadoras fueran dando el cante delante de todo el vagón. Y por niñas me refiero a un par de quinceañeras

En fin que estoy es lo que hay: un mundo de locos eso si, con prisa. (25/03/2009)

Grandes hazañas que se han repetido a lo largo de la historia. A voz de pronto recuerdo una muy destacable, de cómo casi no entro al primer examen del segundo día de Selectividad. Sin embargo, tras otra dosis de gran suerte conseguí llegar a la hora. Mal me pese que llegué infartado, pues la falta que acarreaba no llegar a la hora en la Selectividad era mucho más grave que las anteriormente referidas.

Mas como os aseguro, sigue siendo así mi vida. Y no hace mucho pude volver a comprobarlo. Para ser más concretos el pasado viernes. A las 9:30 debía estar en la plaza de la Reina, pues debía ir a McDonald's para recoger el finiquito. Desperté a eso de las 9:18 y galopando y encomendándome a los dioses volé por Valencia. De tal modo que a las 9:38 estaba en el lugar convenido. De nuevo atacado y resollando.

Conceptos trigonométricos

¿Sabes cuál es esa sensación cuando algo te da más que dentera o repelús? Sí, hablo de esa misma. Ese efecto que recorre tu cuerpo de sopetón por el rechineo de unos dientes, el arañazo en una pizarra o el infernal sonido que produce el tenedor al rayar un plato de porcelana. Quizás nunca le hayáis puesto un nombre, yo hoy sí. Hoy, y a partir de hoy, denomino a esa infame impresión "gurruspina"

Y como el culo, cada uno tiene su propia gurruspinina. Esa debilidad secreta que nos saca de quicio, nos desconcierta pero que, por razones desconocidas y que escapan a nuestro entendimiento, nos hace gracia e incluso intentamos volver a experimentar. La gurruspinina es, en definitiva, un ente dual. Repudiado y buscado por el placer de la experiencia.

Pero... ¿es la gurruspinina un fenómeno desconocido? Lo cierto es que es bastante desconocido de cara al público, hoy mismo me he topado con una chica que desconocía el significado de "gurruspinina" (lógico, puesto que lo he bautizado así hoy). De hecho, ha sido esta ignorancia la que me ha empujado a escribir las primeras líneas sobre la gurrupina. Sin embargo, pese a todo, el mundo lo ha notado en algún momento dado. No cabe duda de que la mayor singularidad de la gurruspina reside en la dualidad de la que hemos hecho mención anteriormente.

Si bien es cierto que desagrada, tiene un poder de atracción que no puede pasarse por alto. La tentación a repetirlo una o incluso dos o tres veces más. Y esto no es curioso estando rodeado. Chirriar una puerta puede desagradarte, pero esto bien puede ser compensado por la cara o el sufrimiento de quien te exhorta retorciéndose sobre su propio sufrimiento a que dejes de hacerlo. Lo realmente curioso reside en las veces en las que uno está solo. Cara a cara ante ese objeto desconocido que ha aflorado en tu queso, asqueado lo miras pero sientes un impulso insalvable de olerlo u observarlo de cerca. Puede incluso, en función de la curiosidad del actor, tocarlo o ¡hasta saborearlo! Aunque aquí ya no hablemos de gurruspinina si no de "guarrindonguería".

Porque si de algo se nos puede culpar al conjunto de la humanidad es de haber hecho el típico comentario: -Tío ¡qué asco! A ver... Oh tío ¡¡por Dios!!


miércoles, 9 de enero de 2013

La Testigo siempre llama dos veces

Es una mañana bastante fría. Un sueño reparador y la tranquilidad de un día libre hacen tomarme con calma el resto de la jornada. Me levanto y me diririjo a la cocina dispuesto a empezar el día con un buen desayuno. En ese momento llaman a la puerta. No sé qué hora es y menos si miro al reloj de la cocina. Un reloj que sólo dos veces al día indica correctamente la hora: las cinco menos cuarto.

Me encamino hacia la puerta mientras por mi mente surcan maldiciones por  haber sido interrumpido en mi plácido desayuno echado en el sofá. Al mismo tiempo las dudas invaden mi ser ¿quién será? ¿una visita inesperada? ¡Oh Dios mío! No tengo una fuente de Ferrero Roche preparada... ¿qué clase de anfitrión soy? De pronto me encuentro frente a la puerta, una sóla hoja de puerta separa las respuestas de mis dudas. Me agacho parar mirar por la mirilla y el caos y la confusión me invaden. Iba a ser, sin que yo lo supiera, el principio de algo mucho mayor.

En la puerta, esperando con algo de impaciencia estaba una mujer. No pude reconocerla. Aunque siendo realistas nunca reconozco a nadie por las mirillas. Así pues me lancé al vacío. Abrí la puerta y allí estaba ella, la imagen borrosa se tornó nítida y clara ante mi. Era una mujer encantadora de mediana edad, vestida con un largo y sencillo abrigo. Tan pronto como abrí la puerta la mujer comenzó su discurso. Había caído en la trampa más antigua del mundo. Y Dios era testigo de aquello.

-Buenos días, soy del barrio y estaba visitando las casas para... ¿hablas castellano?- Me preguntó con cierto desconcierto. Comprensible, supongo. Mi rostro, fiel reflejo del alma, estaba desencajado. Estaba plenamente desconcertado. Y no ofrecía un aspecto vistoso puesto que hacía poco estaba hundiendo la cara en la almohada en un más que reposado descanso. La pregunta me devolvió a la realidad. ¿Hablo castellano? Quizás esta entrada fuera más interesante si la respuesta hubiese sido no. Si hubiese tenido una mayor agilidad mental y me hubiese pasado por inmigrante. Desarrollando una historia plausible que fuera distorsionando de forma maestra gradualmente hasta hacerla inconsistente en sí misma. Pero que por culpa de la gradualidad de la distorsión se perdiese el hilo lógico, de forma que la mujer creyera mi historia. Pese a que un observador neutral que llegara en mitad, diese fe de la imposibilidad de la misma por su falta de coherencia.

Sin embargo SÍ hablo castellano. Y eso lo agradeció la mujer que en lo sucesivo iba a redoblar sus intentos por camelarme. De forma que ahí estaba yo, plantado con la puerta entre abierta y colocando el cuerpo entre el hueco para evitar una posible incursión. Testigo de una perorata inconmensurable decorada con todo tipo de fábulas y farándulas diseñadas para la aceptación de la víctima a la nueva fe.

Equipo básico de predicación
Y es que sí. Tan pronto como vi su bolsito negro del que sobresalía un oscuro libro, oscuro por su portada y contenido, se reveló ante mí la respuesta a todas mis dudas. El miedo derivado del desconcierto se disipó y me puse en guardia. La testigo de Jehová había ganado mucho terreno. Saltaba de una rama a otra bendecida por la sabiduría del Señor. No había qué hacer. Estaba preparada.

El combate duró apenas tres asaltos. En un lado de la puerta con 1.86m (aprox) y un peso de 84kg "La Bestia Pagana". Al otro lado, con una altura de 1.74m y un peso desconocido... "La Palabra de Dios"

Presentación de La Bestia Pagana.

Durante el primer asalto la Bestia saltó a la yugular para recuperar terreno y zanjarlo rápido. Craso error. Nunca puedes combatir de cara a la Palabra. Su defensa es inquebrantable, casi divina. Sin embargo, la Bestia lo vió claro. La sangre sería su arma.

¿Cómo puedo aceptar como forma de vida una organización, por ser suaves, que dejaría morir a un niño por no querer darle sangre?

En los ojos de la Palabra brilló una luz celestial. Era un directo fácil de esquivar. Echó mano de todo su arsenal defensivo y eludió la pregunta. ¿Sabes cuántos casos de muertes por trasfusiones hay al año? ¿Las enfermedades que se han contagiado por trasfusiones? Dios mío (o mejor dicho suyo). Era una cascada de gilipolleces. La Bestia se resarció de este nuevo bloqueo arguyendo que dichos resultados estaban basados en estudios de la década de los 80 y de un tiempo hasta ahora había mejorado de forma increíble la sanidad hasta el punto de ser imposible. El porcentaje de error es tan ínfimo que bien merece la pena por las vidas que salvan.

El primer asalto dió paso al segundo que siguió con un ritmo trepidante. Los testigos rechazan las trasfusiones porque Dios proveerá en su inmensa sabiduría. Dios nos hizo perfectos y podemos recuperarnos si está dentro de sus planes. La Bestia esquivaba el discurso fácil y entró con un gancho de izquierdas que impactó en el mentón de la Palabra. -Por supuesto- concedió la Bestia. -La biología, en su inmensa sabiduría nos ha otorgado una máquina increíble.-

La Palabra entonces fintó y golpeó de pleno el vientre de la Bestia. La teoría de la evolución es sólo eso. Una teoría que NO está demostrada. Si estuviese demostrada no sería una teoría, sería una certeza. La Bestia no daba crédito ¿sería en serio esto? Contraatacó con otro directo. ¿Cómo es posible entonces que a los que tienen problemas cardiacos se les pueda transplantar un corazón de cerdo y les funcione como uno propio?

El combate estaba en su punto más álgido. La Bestia estaba talando a la Palabra de Dios que aún así se resistía a rendirse. Ya al finalizar el segundo asalto pedía una revancha. Quería entrenarse con más esfuerzo y pedir un segundo combate.

Todo acabó en el tercer asalto. La Palabra lanzó sus últimos golpes. Dios es perfecto y tiene un plan. Llegará un momento en el que seamos perfectos... ¡¡PAMPLINAS!!

Y así es como todo acabó. Pilar, la testigo de Jehová se fue a enfrentarse a mis vecinos rusos. Quizás ellos no hablen castellano y le de mejor resultado. De una forma u otra me ha hecho reflexionar sobre la vida. ¿Quiénes somos? ¿Hay un ser superior?

Como diría Pablo Motos... No somos nadie.

miércoles, 2 de enero de 2013

La vida de un estudiante medio un enero como otro cualquiera


Lleva más de una hora enfrentada a la pantalla. En un duelo ya considerado como clásico para todo estudiante que se precie. A lo largo de todo este tiempo ha mostrado un amplio repertorio de resoplidos, caras y muecas de triunfo y derrota. A ella se le han sumado en la cruzada algunas amigas que intentaron aliviar su terrible sufrimiento amparándola en los momentos más tensos y laureando sus victorias viviéndolas como propias. Pero al final se reduce a algo más sencillo: ese trabajo contra ella.
No sé sobre qué versará su trabajo, cuán difícil puede llegar a ser. La trascendencia del mismo. Tan sólo puedo conjeturar a través de sus expresiones. Júbilo y derrotismo florecen y se disipan como los ciclos lunares. Una confrontación ordenador vs humano sin parangón. Una escena tan extendida por la geografía estudiantil como las ovejas que pastan en un verde prado.

No hay nada más frustrante en este mundo que descubrir lo inútil que puedes llegar a ser en según qué campos. Demostrarte asalto tras asalto como se te escapa de las manos algo que aparentemente es tan sencillo como el respirar. O eso mismo se nos presupone por la edad que tenemos. Nacimos casi con un ordenador debajo del brazo, como aquel que dice. Convivimos todos los días con cientos de aplicaciones, sistemas informáticos y programas. Somos capaces de buscar, encontrar, administrar y emplear información gracias a nuestros conocimientos informáticos. Pero… ¿son tan amplios nuestros conocimientos como nos creemos? ¿Dominamos nosotros a la máquina o es la máquina la que nos domina a nosotros?
Toda esta observación nace de mi propio feudo contra el trabajo de socioestadística. Y ya se sabe, no hay nada como tener que hacer algo de clase para descubrir cuán fascinante es aquello que te rodea.

Pese a que estamos en enero y es un mes difícil espero poder deleitaros con alguna batallita más estas semanas. En febrero es seguro que el blog tome nueva forma y surque el mar que es internet a toda vela.

¡Hasta la próxima catetos míos!

PD: No hay que resignarse a la inutilidad, se puede aprender y ¿qué mejor forma de romper mano en el fascinante mundo de la fotografía que seguir este interesante blog http://fotogramasblog.blogspot.com.es/ que pretende explicar paso a paso el funcionamiento de una reflex?