Me encamino hacia la puerta mientras por mi mente surcan maldiciones por haber sido interrumpido en mi plácido desayuno echado en el sofá. Al mismo tiempo las dudas invaden mi ser ¿quién será? ¿una visita inesperada? ¡Oh Dios mío! No tengo una fuente de Ferrero Roche preparada... ¿qué clase de anfitrión soy? De pronto me encuentro frente a la puerta, una sóla hoja de puerta separa las respuestas de mis dudas. Me agacho parar mirar por la mirilla y el caos y la confusión me invaden. Iba a ser, sin que yo lo supiera, el principio de algo mucho mayor.
En la puerta, esperando con algo de impaciencia estaba una mujer. No pude reconocerla. Aunque siendo realistas nunca reconozco a nadie por las mirillas. Así pues me lancé al vacío. Abrí la puerta y allí estaba ella, la imagen borrosa se tornó nítida y clara ante mi. Era una mujer encantadora de mediana edad, vestida con un largo y sencillo abrigo. Tan pronto como abrí la puerta la mujer comenzó su discurso. Había caído en la trampa más antigua del mundo. Y Dios era testigo de aquello.
-Buenos días, soy del barrio y estaba visitando las casas para... ¿hablas castellano?- Me preguntó con cierto desconcierto. Comprensible, supongo. Mi rostro, fiel reflejo del alma, estaba desencajado. Estaba plenamente desconcertado. Y no ofrecía un aspecto vistoso puesto que hacía poco estaba hundiendo la cara en la almohada en un más que reposado descanso. La pregunta me devolvió a la realidad. ¿Hablo castellano? Quizás esta entrada fuera más interesante si la respuesta hubiese sido no. Si hubiese tenido una mayor agilidad mental y me hubiese pasado por inmigrante. Desarrollando una historia plausible que fuera distorsionando de forma maestra gradualmente hasta hacerla inconsistente en sí misma. Pero que por culpa de la gradualidad de la distorsión se perdiese el hilo lógico, de forma que la mujer creyera mi historia. Pese a que un observador neutral que llegara en mitad, diese fe de la imposibilidad de la misma por su falta de coherencia.
Sin embargo SÍ hablo castellano. Y eso lo agradeció la mujer que en lo sucesivo iba a redoblar sus intentos por camelarme. De forma que ahí estaba yo, plantado con la puerta entre abierta y colocando el cuerpo entre el hueco para evitar una posible incursión. Testigo de una perorata inconmensurable decorada con todo tipo de fábulas y farándulas diseñadas para la aceptación de la víctima a la nueva fe.
Equipo básico de predicación |
El combate duró apenas tres asaltos. En un lado de la puerta con 1.86m (aprox) y un peso de 84kg "La Bestia Pagana". Al otro lado, con una altura de 1.74m y un peso desconocido... "La Palabra de Dios"
Presentación de La Bestia Pagana. |
Durante el primer asalto la Bestia saltó a la yugular para recuperar terreno y zanjarlo rápido. Craso error. Nunca puedes combatir de cara a la Palabra. Su defensa es inquebrantable, casi divina. Sin embargo, la Bestia lo vió claro. La sangre sería su arma.
¿Cómo puedo aceptar como forma de vida una organización, por ser suaves, que dejaría morir a un niño por no querer darle sangre?
En los ojos de la Palabra brilló una luz celestial. Era un directo fácil de esquivar. Echó mano de todo su arsenal defensivo y eludió la pregunta. ¿Sabes cuántos casos de muertes por trasfusiones hay al año? ¿Las enfermedades que se han contagiado por trasfusiones? Dios mío (o mejor dicho suyo). Era una cascada de gilipolleces. La Bestia se resarció de este nuevo bloqueo arguyendo que dichos resultados estaban basados en estudios de la década de los 80 y de un tiempo hasta ahora había mejorado de forma increíble la sanidad hasta el punto de ser imposible. El porcentaje de error es tan ínfimo que bien merece la pena por las vidas que salvan.
El primer asalto dió paso al segundo que siguió con un ritmo trepidante. Los testigos rechazan las trasfusiones porque Dios proveerá en su inmensa sabiduría. Dios nos hizo perfectos y podemos recuperarnos si está dentro de sus planes. La Bestia esquivaba el discurso fácil y entró con un gancho de izquierdas que impactó en el mentón de la Palabra. -Por supuesto- concedió la Bestia. -La biología, en su inmensa sabiduría nos ha otorgado una máquina increíble.-
La Palabra entonces fintó y golpeó de pleno el vientre de la Bestia. La teoría de la evolución es sólo eso. Una teoría que NO está demostrada. Si estuviese demostrada no sería una teoría, sería una certeza. La Bestia no daba crédito ¿sería en serio esto? Contraatacó con otro directo. ¿Cómo es posible entonces que a los que tienen problemas cardiacos se les pueda transplantar un corazón de cerdo y les funcione como uno propio?
El combate estaba en su punto más álgido. La Bestia estaba talando a la Palabra de Dios que aún así se resistía a rendirse. Ya al finalizar el segundo asalto pedía una revancha. Quería entrenarse con más esfuerzo y pedir un segundo combate.
Todo acabó en el tercer asalto. La Palabra lanzó sus últimos golpes. Dios es perfecto y tiene un plan. Llegará un momento en el que seamos perfectos... ¡¡PAMPLINAS!!
Y así es como todo acabó. Pilar, la testigo de Jehová se fue a enfrentarse a mis vecinos rusos. Quizás ellos no hablen castellano y le de mejor resultado. De una forma u otra me ha hecho reflexionar sobre la vida. ¿Quiénes somos? ¿Hay un ser superior?
Como diría Pablo Motos... No somos nadie.